6.6.11

X MEN: FIRST CLASS. The point between rage and serenity



“El punto entre la ira y la serenidad”, esta frase puesta en boca del inmenso profesor Charles Xavier, corona una de las escenas más hermosas de esta gran película que, en un fin de semana, se ha alzado como la mejor adaptación del cómic de todos los tiempos. Situándose, -siempre de acuerdo con los fans recién salidos de la sala imbuidos por un subidón bastante considerable, como el de un servidor- por encima de grandes obras como The Dark Knight, 300, Sin City, Watchmen, V de Vendetta, o las predecesoras X-Men 1 y 2. Ciertamente, esta explosión de adaptaciones del cómic a la gran pantalla, esta época dorada en el celuloide que están viviendo DC y Marvel, que agradezco con una locura insana, comenzó en el año 2000 con esa primera película en la que su inicio era similar al de esta, 11 años después: el campo de concentración de Auschwitz. En esa gruta oscura y tenebrosa de la historia, en ese punto infernal y demoníaco que arrastró a la especie humana a su momento más bajo, encontramos la razón de ser, el leitmotiv, de esta historia que, no sólo va de superpoderes y licras amarillas –gran acierto, esta vez, vestir a la Patrulla X como siempre la disfrutamos en el papel de Marvel y tal como la imaginó Stan Lee